martes, 6 de octubre de 2009

Amanecer en Varadero (Cuba)


Aparece la primera claridad en el cielo que nos revela el inicio del amanecer. Tumbados o sentados en las hamacas de la playa, charlamos con la tranquilidad que nos da el “ronsito” cubano y el cansancio de una gran noche vivida. Deben ser las 6:30 de la mañana y, pese a que los mosquitos probablemente nos hayan acribillado, nadie quiere dar fin a un día tan maravilloso.
A mi alrededor nuevos amigos, parte cubanos y otros de distintos puntos de España, que han compartido conmigo sus risas y buen humor en estos días.

Había oído decir que Cuba tiene una magia especial. Tras haber estado allí, puedo afirmar que es cierto. Cuba hizo su magia en nosotros y nos unió contemplando amaneceres (varios), en comidas y cenas majestuosas (e interminables a veces), en el “perreo” (el “caramba” solo de vista porque se hacia un tanto difícil jeje), cara de estupor generalizada al decirnos que nos quedábamos 3 días más allí (que desemboco en una alegría casi incontenible), la canción de La Mujer del Pelotero y risas, muchas risas.

Y es que siempre he pensado que no importa donde uno esté si se rodea de buena compañía, pero si encima es en Cuba, la combinación puede resultar mágica.

Con estos pensamientos, me incorporo de mi hamaca para ir a mi habitación. Noto la fina arena en mis pies, con el frescor de no haber sido tocada todavía por el sol. Hay que dormir un poco, que el chiringuito no lo abren hasta dentro de unas horas ;-p

¿Qué pasara mañana? Seguro que cosas buenas, más baile, más ron, más risas y todo ello en Cuba acompañada de muy buena gente.



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