miércoles, 21 de octubre de 2009

Desmontando el blanqueo de dientes de forma casera

Todos conocemos los remedios caseros para curar, mejorar ylabios-rojos demás. En este caso circulan varias recetas de boca en boca, y que dada la tecnología han invadido también la red, las cuales he investigado para ver cuánta certeza hay en ellas:
Cepillado con sal fina y limón
En un recipiente pequeño (no metálico) se coloca una cucharadita de sal fina y se van agregando gotas de limón hasta formar una pasta.
Las cantidades en si no tienen importancia siempre y cuando haya la suficiente cantidad como para mojar el capillo varias veces.
Esta preparación tiene buenos resultados para quitar manchas en los dientes, se coloca en el cepillo y se procede cepillando cada diente, poniendo énfasis en los lugares con manchas o zonas más amarillentas.
La sal fina actúa como abrasivo y el ácido del limón actúa quitando las manchas.
Se debe tener cuidado de no friccionar las encías con esta pasta para no causar irritaciones.

Como dice la receta, la sal como abrasivo te puede causar daño en las encías. Con respecto al limón: hace un grabado acido de esmalte. Esa sensación de aspereza que queda en los dientes después de tomas zumo de limón, se debe justamente a su efecto grabador. El hábito de utilizar limón para blanquear los dientes, es un error ya antiguo, que los dentistas desaconsejan formalmente porque a la larga conduce a la destrucción del esmalte.
Cepillado con bicarbonato y limón
El bicarbonato es usado comúnmente para blanquear los dientes y puede ser utilizado de varias maneras.
Como solución para dientes manchados indicamos que se utilice con limón, si los dientes están amarillentos puede ser utilizado solo y si lo que se desea es mantener los dientes blancos puede ser mezclado con la pasta dental normal y realizar el cepillado habitual con esta mezcla.

En cuanto al limón ya he puesto sus resultados en el punto anterior. Vamos pues con el bicarbonato, en principio es eficaz eliminando manchas extrínsecas por su condición abrasiva. Sin embargo, es tan abrasivo, que después de un tiempo las manchas serán más notorias.
Para eliminar ciertas manchas extrínsecas es mejor hacerse una limpieza con pasta profiláctica. Este procedimiento lo hace el dentista con instrumental rotatorio.
En resumen, el bicarbonato no es recomendable porque, si bien demuestra eficacia, su uso contribuye a la aparición de manchas y al desgaste de la superficie adamantina por abrasión.

Enjuagues con agua oxigenada.

No más de tres veces por semana se puede utilizar el agua oxigenada de 10 volúmenes (no más alto porque quema) como enjuague bucal, reteniéndola en los dientes por aproximadamente 30 segundos, luego se tira y no se enjuaga.

Es conveniente realizar este procedimiento luego de la última cepillada dental, antes de dormir.

El agua oxigenada diluida se usa para patologías en las encías, pero sólo durante un tiempo corto y supervisado por el odontólogo. El mal uso provoca un cambio en la flora bucal lo cual trae consecuencias desagradables como cambios de coloración en la lengua (no blanca, sino negra!)
Lo más inocuo dentro de los blanqueamientos (y los más inocuo no significa que sea 100% inocuo, siempre puede haber efectos secundarios) es la topicación con peróxido de carbamida (El peróxido de carbamida (CH4N2O.H2O2) es un producto químico que contiene peróxido de hidrógeno y urea, o lo que es lo mismo agua oxigenada y urea). Requiere de paciencia pero bien vale la pena. Se usa una cubetilla hecha a medida a la cual se le aplica el gel y se deja actuar durante toda la noche. Esto hecho durante al menos 4 semanas (de acuerdo con los tonos que se desee aclarar) produce el efecto deseado sin demasiadas complicaciones. Puede haber sensibilidad pero si es demasiado notoria, el odontólogo puede bajar la concentración del gel o prescribir desensibilizantes que ayudan a que se pueda soportar mejor el tratamiento.
Por otro lado, hay pastas blanqueadoras que contienen bicarbonato como "Elgydium Blanqueador", pero este bicarbonato esta micropulverizado por lo que no tiene el efecto abrasivo del bicarbonato tradicional cuyo uso habitual esta desaconsejado.
La pulpa de fresa
Se toma una fresa o frutilla y se aplasta con un tenedor hasta formar una pasta, luego se coloca sobre el cepillo y se procede a la limpieza de los dientes utilizándola en lugar del dentífrico común.
Sobre esto he encontrado más bien que las fresas producen manchas junto con las cerezas y las moras ya que contienen colorantes.
En resumidas cuentas, no debemos jugar con la salud de nuestros dientes, cualquier daño producido al esmalte no es recuperable. Los remedios caseros funcionan para otras cuestiones, mascarillas para el pelo, remedios para la tos etc.

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